Cualquier rincón del mundo

Tatooine puede ser cualquier rincón del mundo. Planta tu silla plegable en cualquier palmo de tierra, y pronto divisarás un entuerto, más próximo o más lejano. Haz como que no lo ves. O lánzate de cabeza, bajo riesgo de que alguien te diga que metas tus narices en otro sitio. O donde te quepan.

Que cualquier rincón del mundo sea Tatooine, o Naboo, no significa que debamos interferir sistemáticamente con nuestro apostolado. Eso es un error. El error más grande es no comprender que hay que dejar que las aguas fluyan, tanto si arrasan como si encalman. Solo cuando somos agua hemos de responder a la llamada, y actuar como tal. Y renunciar a saber si es la mano la que mueve el sable, o es el sable el que mueve la mano.

Qué bonita tarde para pasear. Preciosa tarde para sentarse bajo el sicómoro en la entrada de la Universidad. Quizás este hábito con capucha me esté dando algo de calor. Además, ya queda del todo demodé, ya no es tiempo de Templarios.
Los estudiantes me miran con extrañeza, pero por suerte no me reconocen.

Nunca tuve novia. Envidio a Anakin, ahora puedo decirlo. Él se saltó las normas, como Adso de Melk. No solo conoció mujer -qué bomboncito, la Princesa Amidala- sinó que en ella dejó preñez. Si le viera le daría una colleja, medio reprimenda medio homenaje, como la que Guillermo le dio a Adso. Es gracioso, a veces, cuando me lavo la cara en los servicios de cualquier gasolinera, sin la capucha me confunden con él, con Guillermo, algún cinéfilo de mediana edad. "No, no soy Sean, se confunde usted, señor".

Ahora soy viejo. Fui joven, y me pusieron el rostro de Ewan. Mi maestro, mi amado, admirado y llorado Qui-Gon, creo que tampoco tuvo novia, ni amante ni nada, aunque un día le descubrí una sospechosa dirección de un motel barato de los Monegros. Él sabría. Que lo hubiese disfrutado, él que ya está en el cielo de los valientes.

Vuelvo al tema. No, no debemos ser fuerza de intervención, ni de interposición, si no somos el agua de los tiempos. ¿Subscribirías esa afirmación, chinito de Holliwood? ¿Be water, my friend? ¿Así, por las buenas? ¿Puedo elegir ser agua cuando ya estoy fuera de los cauces del río?
Las fuerzas, entre sí, se atraen, se repelen y se agotan. Y a otra cosa, mariposa.

Solo debemos ser palabra. En la buena palabra el corazón se reconforta. Sobretodo si el sediento de paz desea escuchar.